DOS ELEMENTOS CLAVES PARA RECIBIR LO PROMETIDO

El paso del Jordán
Después de cuarenta años deambulando por el desierto, Moisés y el pueblo llegaron a la orilla del río Jordán. Este río era el último escollo para ingresar a poseer toda la bendición prometida por Dios. Allí estaban las personas que Dios decidió que entraran, no estaban todos, la mayoría murió en el desierto. Solo la nueva generación estaba presente y Josué y Caleb, representando la generación antigua. Los viejos fueron protagonistas del fracaso, los jóvenes tienen delante de sus ojos, en este episodio el desafío de responder al llamado de Dios. Ahora ellos son responsables de entrar y conquistar. Ellos deben responder al llamado de su tiempo.
Estamos en una situación parecida a la del pueblo de Israel, a punto de entrar a la Tierra Prometida. Nosotros, a punto de experimentar este gran mover del Espíritu Santo. El llamado es que esta generación irá a las naciones. El pasaje que relata ese hecho nos permite descubrir qué hicieron ellos justo antes de cruzar el río Jordán.
El Jordán representa el bautismo del Espíritu Santo, y la tierra prometida es la vida plena del Espíritu, donde se verá el pleno cumplimiento de lo indicado por Dios
Esperaron tres dias
y se santificaron
Luego la bendición, la plenitud de lo ofrecido

Pentecostés
Esperaron en oración,
Fue una espera activa, con esperanza, con confianza en lo que Jesús les había prometido y anunciado proféticamente, hasta que vino sobre ellos, el poder del Espíritu Santo, entonces serían testigos a todo el mundo
Primero, Esperar y Santificación y luego el Poder volvieron a ser los elementos claves.

Hoy
Dios está hablando de que viene un gran avivamiento a nuestro país
Aunque la mayoría ha experimentado su propio Pentecostés, este será un tiempo de renovación que cambiará nuestras vidas. Y es preciso esperar y santificarnos para que Dios prepare nuestros corazones para ir, para que Dios llene nuestras vidas de fe, para avanzar.